Montserrat
Desde siempre Montserrat me ha fascinado. La razón de mi encantamiento hacía ella no la tengo, será por sus cumbres redondeadas que parecen que te observen desde lo alto, será por su imponente presencia en el valle que la notas a kilómetros de distancia. será porque me siento atraída por sus formas, por las sensaciones que emana y por lo que ello significa.
Tenía una asignatura pendiente hacia ella y era ascenderla con mis propias piernas. Tenía la necesidad de introducirme en la montaña de manera suave, progresiva, despacio para que mi cuerpo se adaptara a su esencia. Desde Collbató inicie mi viaje iniciático, desde un camino que desconocía y a solas, conmigo misma, inicié la aventura de Montserrat. Me adentré por un camino que le llaman l'Adrecera y en él hallé un atajo para subir, el camino escarpado hacía que me parara a menudo a beber. Las vistas conforme subía eran impresionantes.
A cada paso me alejaba del bullicio del valle para adentrarme a los secretos de la montaña. Por mi cabeza vagaban pensamientos de tipo :¿para qué quieres hacerlo?, mejor bájate a ver si te caes y te haces daño, no lo conseguirás. No tenía propósito ni meta establecida, tan solo la necesitad de avanzar. Poco a poco la Montaña se desplegó ante mi como un arco iris, los pequeños y grandes seres que habitan en ella se presentaban en mi camino, las mariposas me indicaban por donde avanzar.
Al final tras la senda y con mis piernas flaqueando, llegué a al cima próxima de la ermita de San Juan. La sensación de libertad fue brutal. Me sentía orgullosa de mi y de haberlo hecho posible. Me di cuenta de como cada paso, aunque parezcan inútiles te llevan a la cima de tu ser. La montaña me invadió de su amabilidad y su generosidad, y me ofreció una nueva manera de sentir la vida. Me sentí conectada como nunca lo había experimentado a la naturaleza, a los signos que me daba, a mi instinto y mi sabiduría interior. Ahora se que ésta es mi primera vez y que no será la última.
Unas semanas atrás de mi ascensión a Montserrat me debatí a nivel profesional por que camino seguir, dejé atrás mis tareas habituales, sabiendo que lo que hacía ya no me aportaba nada, solo desidia. Me aventuré a dejarlo sin saber como me iba a ganar la vida y cómo pagar las hipotecas. Dí el salto de fe, que tanto me cuesta hacer y confié en que tarde o temprano sabría cual sería mi lugar. Al día siguiente de mi ascensión me llamaron y me propusieron trabajar como docente, en unas pocas horas mi agenda se llenó de cursos para realizar hasta diciembre proporcionándome el dinero suficiente para todos mis gastos, para mi formación y para vivir holgadamente.
¡¡Que maravilla!!Gracias Montserrat. Y esto tan solo es lo que he podido apreciar a nivel consciente, ¿qué será lo que habrá pasado en mi alma?. Sé que ella se mantiene alerta observando mis progresos y mi caminar por el mundo.
Ufff qué relato tan profundo. Me alegro mucho que el camino se haya iluminado. Además, como bien dices, hay mucho por descubrir todavía, seguro que sorpresas quedan.
ResponderEliminarEs increíble lo curiosa que es la vida, cómo se abre ante uno mismo cuando dejas tu alma en libertad, cuando confías.....
Un abrazo enorme para ti, preciosa, otro para es niño tan guapo que tienes por hijo. Espero verte muy pronto!