Viaje de iniciación: de Croisic a Saint Malo
Este viaje empezó como un simple recorrido por la costa de Bretaña y Normandía y me transformó. Fue un viaje tejido entre sueños, señales y memorias antiguas que despertaron en mí. Cada lugar se presentó como un portal, un umbral de conciencia, una iniciación. En Croisic, la primera parada, sentí la llamada del océano. El agua, inmensa y silenciosa, me devolvió al origen. Allí, mis sueños me hablaban de la confianza en lo invisible: avanzar como el barco que parte sin mapa, guiado solo por la marea. Fue un recordatorio de que la vida me pide soltar el control y navegar hacia lo desconocido. En Carnac, los megalitos se alzaban como guardianes de la memoria ancestral. Entre esas piedras milenarias se abrió un recuerdo profundo: el de los pueblos antiguos que sabían escuchar la Tierra y alinearse con las estrellas. Allí viví una iniciación de enraizamiento y de poder. Fue como si cada piedra me susurrara: “Eres parte de esta cadena, eres guardiana de la memoria viva.” De esta conexión na...