Tratado de vida: Un paso al frente
Hubo un tiempo muy lejano que los hombres y los seres de la tierra convivían con armonía y prosperidad. Esos hombres arrebataron la inocencia de los corazones de los niños para que les sirvieran en sus intereses particulares, se creyeron amos de la tierra y de todo lo que en ella crecía, fueron tiempos difíciles donde los hombres crearon caos y destrucción y se pelearon para el poder y la soberanía. Esos tiempos cesaron, reinó la armonía una vez más, arrebatando a los hombres el conocimiento otorgado para que no fuera mal usado en contra de los demás. Despacio, se les fue otorgando como bebes los conocimientos y sabiduría suficientes para gobernar una vez más la tierra con el fin de servir y prosperar todos unidos. Una vez más la soberbia y la avaricia de los hombres causo el caos y la destrucción, el hambre y la muerte. Sin duda el hombre seguía sin aprender. Fue entonces cuando se estableció un pacto, fue otorgado el conocimiento y el saber a unos cuantos hombres que eligieron su camino de luz con amor y bondad. A esos hombres se les otorgó el gran cometido de preservar esa sabiduría y aplicarla con determinación a cuenta gotas para dosificar el poder y evolucionar todos. Esos hombres son y han sido los grandes genios, mesías y sabios de la humanidad que han servido con sus vidas para el gran todo. Es momento de despertar, es momento que todos avancemos para establecer una vez más la armonía y la paz suficientes en la tierra. Es momento que los hombres y las mujeres den un paso adelante con fe y esperanza de crear un mundo más próspero, amable y gentil. Junto a ellos todos los seres de luz trabajan codo con codo para establecer una vez más la red necesaria para que todos evolucionen y crezcan juntos. Sin distinción ni avaricia. Se acerca a gran velocidad en los lugares remotos de la galaxia lo necesario para despertar y avanzar con pie firme y valentía, para decir basta de la violencia, los abusos y la alevosía. Si, tiempos de guerra y luchas donde los guerreros de la luz armados con un corazón fuerte y grande avanzan por un campo de batalla repleto de cadáveres y mutilaciones.
Es cierto que todo lo dicho poco dice, es cierto que no hay nada nuevo en las palabras, los ciclos así funcionan se repiten y vuelven a repetirse para conseguir la perfección del alma, para conseguir la alegría de vivir nuevamente en un mundo mejor. Esa alegría abatida por la codicia y el afán de ser y tener, por el afán de ser cuando ya somos todo lo que debemos ser, ya solo por el hecho de existir nos merecemos todo el amor que nos corresponde. No hay más palabras a lo dicho, no hay más rezos que uno y solo, la conjunción del pasado con el futuro hacer un presente único y esto es lo que hemos de reconocer como propio y único valor a la vida. La vida vivida con alegría, amor, esperanza y ternura.
Solo una aportación más, hombres y mujeres pedir y os ayudaremos, pedir de corazón y se os dará, pedir y dar, dar y recibir en un sinfín de espirales donde todos nos nutramos con la bondad de ser y servir, de amar y poder ser amados, de querer y ser queridos, de nacer y morir dignamente, de ser y estar a la vez en muchos lugares, de ser y querer ser, de ser y querer amor.
Es cierto que todo lo dicho poco dice, es cierto que no hay nada nuevo en las palabras, los ciclos así funcionan se repiten y vuelven a repetirse para conseguir la perfección del alma, para conseguir la alegría de vivir nuevamente en un mundo mejor. Esa alegría abatida por la codicia y el afán de ser y tener, por el afán de ser cuando ya somos todo lo que debemos ser, ya solo por el hecho de existir nos merecemos todo el amor que nos corresponde. No hay más palabras a lo dicho, no hay más rezos que uno y solo, la conjunción del pasado con el futuro hacer un presente único y esto es lo que hemos de reconocer como propio y único valor a la vida. La vida vivida con alegría, amor, esperanza y ternura.
Solo una aportación más, hombres y mujeres pedir y os ayudaremos, pedir de corazón y se os dará, pedir y dar, dar y recibir en un sinfín de espirales donde todos nos nutramos con la bondad de ser y servir, de amar y poder ser amados, de querer y ser queridos, de nacer y morir dignamente, de ser y estar a la vez en muchos lugares, de ser y querer ser, de ser y querer amor.
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