¿Te lo preguntas?

   
     Cuando el amor inunda nuestro ser y sentimos cómo en nuestro interior nace una nueva visión del mundo, es cuando se conecta nuestro corazón con el corazón de la Madre Tierra y recuperamos el lugar que nos pertenece como Guardianes de la Tierra y la sabiduría.

     Influenciados por fuerzas contradictorias, tenemos confusos nuestros sentimientos y tendemos a buscar en el exterior esa conexión hacia lo divino. El exterior sólo nos refleja nuestro interior y si estamos confundidos recibiremos confusión, si anhelamos intereses egoístas recibiremos competencia y hostilidad, si queremos venganza, recibiremos golpes y si nos sentimos víctima vendrán los verdugos.

¿Cómo poder cambiar este bucle de sufrimiento y catástrofe? ¿Cómo soportar la incertidumbre y el desasosiego ?
¿Cómo aplacar el fuego de nuestro ser de forma constructiva?

Son preguntas que nos llevan a adentrarnos a nuestro ser .
¿Cuáles son mis verdaderas necesidades?
¿Cómo las satisfago?
¿Qué anhelo tengo?
¿Cuál es el mensaje de mi alma?

     Estas y más preguntas nos llevan a adentrarnos a nuestro interior, conocer cada una de nuestras partes, habitar cada una de nuestras habitaciones, de nuestras facetas e integrarlas con amor en nuestras vidas. La sombra no es más que aquello que no queremos aceptar de nosotros mismos y lo único que quiere es volver de nuevo a su lugar. Si por un momento nos pudiéramos parar y mirar el cielo, saborear el infinito que se abre ante nuestras mentes, estaríamos creando puentes al universo y a nuestro centro. Cuando acepto que hay cosas que escapan a mi control y  a pesar de ello me fascina, abro las puertas al conocimiento y a la verdad.

¿Cómo rendirse a la vida y aceptar aquello que somos?
Rendirse, no hay lugar a donde huir de nosotros mismos, hemos llegado, ya estamos en casa, podemos descansar y amarnos por lo que somos y no sólo por los frutos de lo que realizamos. Mucha más valiosos somos de lo que creemos y mucha más valiosos de lo que jamás podremos entender.


     Hay una leyenda muy antigua que explica que hubo un tiempo en que los Dioses visitaban con frecuencia la Tierra, un lugar que les gustaba y lograron establecer un vínculo muy especial con los humanos, seres llenos de pasión, valor, confianza y sabiduría. Aprendieron juntos las leyes de la creación y traspasaron las fronteras, creyéndose la Fuente de toda la creación. Esos Dioses aprendieron la lección y los humanos perdimos la conexión con nuestro mundo, con nuestro corazón, dejando erráticos a media humanidad.

¿Sabremos los humanos volver a conectar con su Madre Tierra y vivir en paz y armonía con la creación?

La leyenda nos deja la pregunta, una gran pregunta es la puerta a grandes conocimientos y a nuestro despertar. La respuesta la encontraremos en nuestros pasos, nuestro interior y nuestras emociones.

Me siento feliz de poder escribir lo que siento, donde lo creado es declaración de mi ser, porque la vida es mucho más de lo que podemos percibir.....


Marta Tadeo
www.martatadeo.com

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