La Fe

Son tiempos de fe y de renuncia, de confianza y resolución. No se puede volver atrás hay que decidirse por completo a la vida elegida, a la tarea en particular.
Debemos tener en cuenta esta razón de vida en nuestros corazones. La fe es importante para poder concluir la obra sin desasosiegos, sin desesperación y con alegría.
Son tiempos bonitos de resurrección y muerte de lo que ya no nos sirve y debemos de transformar, dejar viejas creencias, viejas limitaciones y transformarlas en posibilidades y en grandes virtudes para albergar la esencia de la creación en un espacio sagrado de nuestro corazón.
Son las cosas de la vida, hay que dejar que mueran unas para que nazcan otras, todos a la vez no pueden surgir y no se pueden perpetuar.
Los ángeles y los seres de luz están felices de poder ayudarnos en nuestra ofrenda y nos dan así la posibilidad de poder explorar otros caminos que nos negamos a caminar. Están felices de ser compañeros de viaje en este fantástico proyecto que es la vida.
La fe debe reunir dos condiciones,
1-No nos debe de agobiar, O LIMITAR, NI TAN SIQUIERA APRISIONARNOS, NO DEBE SER UNA CARGA NI UN DOGMA DIFICIL DE LLEVAR, HA DE SER LIGIERA, UNA SENSACION DE BRISA REJUVENECIDORA QUE NOS APORTA VITALIDAD Y ENERGIA, FACIL DE DE LLEVAR Y FACIL DE ENTENDER. LA FE ES UN SENTIMIENTO LIBERADOR DE MIEDOS QUE NOS APORTA CONFIANZA Y ESPERANZAS, QUE NOS APORTA LA SABIDURA DE SABER QUE NO ESTAMOS SOLOS Y QUE EN NOSOTROS ESTÁ LO QUE TANTO ESTAMOS BUSCANDO. Es la certeza de que vamos por buen camino.
2-La otra condición es que ha de ser verdadera, no una falsa ilusión de pensar que todo irá bien, una ilusión que nos aparta del camino que hemos de recorrer. Al contrario, es la certeza de que hemos de seguir la vocecilla que nos clama desde el interior, a pesar que para nosotros nos pueden parecer caminos costosos. Nos aporta serenidad cuando hemos de tomar decisiones que nos cambian la vida, que nos exigen un nuevo reto para nuestro crecimiento, una nueva prueba de fe. Si no es así, no es fe sino ilusión, fantasía y falsa realidad, creaciones que el ego hace para seguir con la ilusión de la individualidad y la soledad. La fe nos acerca a nuestra esencia, a la unión con todos los seres, nos amplia la visión y nuestra percepción, nos abre una puerta a los imposibles como posibles, a lo inimaginable como realidad, a lo inexplicable como verdad. Así es una puerta a nuestro corazón ilimitado, a nuestra esencia divina, a nuestra creatividad y nuestra razón de ser.
La alegría debe albergar una posición privilegiada en nuestro interior para que la fe tenga su máximo esplendor, sin alegría la fe muere, se apaga y se aburre. Alegría, confianza, amor y serenidad en estos días de batallas y desasosiegos. Hemos de crear un mundo mejor para que nosotros y los seres de luz vivan con mayor amplitud sus existencias y sea un lugar digno de venir a aprender y experimentar.

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