Cooperar o competir



     Hará un tiempo, leí que cuando los espermatozoides van en busca del óvulo para fecundarlo, no compiten entre si, sino que colaboran. Van todos juntos y se ayudan y en cuanto uno de ellos entra dentro del ovulo, los otros lo empujan lo hacia las trompas de Falopio para iniciar así el viaje hacia la vida.

     Desde esta perspectiva nuestra vida cambia por completo. Cuando era pequeña, me enseñaron que lo importante era competir, que solo uno llega y por lo tanto hay que luchar, desacreditar y vencer por encima de todos, sino otro lo hará. Esta visión creó en mi una ansiedad interna, si paraba mi frenética actividad tenía la sensación que los de atrás me pisarían y me vencerían.
Parece absurdo verdad?

     Con el tiempo he desaprendido muchas creencias que se alimentan del miedo, de ser más y mejor. La vida me está enseñando que todo tiene relación con todo y cualquier acción que realicemos repercute de manera directa en nuestras vidas y las de los demás,  que formamos una red maravillosa que llamamos naturaleza, de la cuál somos parte y nos nutrimos. Esta red me ha enseñado que la vida es un sinfín de lecciones a aprender a colaborar y cooperar entre nosotros, entre especies, entre todos. Con esta visión me he dado cuenta que formamos un mosaico increíble donde la competición solo nos hace infelices, asustadizos y peligrosos.

     Cooperar nos enseña a

  • trabajar en equipo, 
  • asumir nuestra responsabilidad dentro de un plan más amplio, 
  • ser mejores para nutrir mejor al equipo, 
  • compartir, 
  • respetar, 
  • ser útil y no un estorbo
  • ser mejor persona y lo mejor de todo nos hace más felices.

Tu que haces, compites o cooperas?


Marta Tadeo



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